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4 conversaciones. Viendo del 1 al 4 1
gchehab dijo el 26/11/02:
Voy a ubicar este relato en la ciudad de Buenos Aires, sencillamente porque aqui comenzo esta aventura que le dio forma a un sueño largamente postergado.Hacia dos años que planeaba el viaje mas loco que pudiera ocurrirsele a alguien, recorrer la Argentina en auto, pero entiendanme bien, recorrer TODA la Argentina en un solo viaje, manejando las fascinantes rutas de nuestro pais.Durante dos veranos postergue mis vacaciones y ahorre el dinero necesario para tomarme un mes y medio de vacaciones que me permitieran realizar mi recorrido.Pero los descalabros economicos del fin de año pasado, casi ponen fin a mi sueño, pero con el dolor de tener que reducir los dias que pasaria en cada lugar y quitar algunas porciones del recorrido, pude comprimir el viaje en 19 dias.La historia tiene su inicio el dia sabado 2 de febrero de este año, cuando con cuatro compañeros iniciamos este viaje.Debo decir que este viaje fue posible solo gracias a que el auto que tenia, respondio muy bien a las exigencias de velocidad que necesitaba para poder cubrir los tramos en tan corto tiempo.Tome la ruta 3 en direccion al sur y en Olavarria desvie por la 51 hasta Bahia Blanca. Entre a Rio Negro por la ruta 22 y desvie al sur por la ruta 251. Alli comenzo mi primera sorpresa: Jamas me imagine que en la Patagonia pudiera hacer tanto calor, el termometro marcaba 40° mientras devorabamos kilometros de ruta desierta y sin mas indicio de vida que una vegetacion amarillenta y achaparrada a los costados, una autentica definicion de la soledad. Cruzamos un par de salinas que cegaban los ojos mientras rebotaba la luz del sol sobre su superficie blanca.Pero luego, a nuestra derecha, se observo un celeste increible cuando el Mar Argentino hizo su aparicion.Llegamos a la ciudad de Las Grutas, que era el primer destino de este viaje y alrededor de las 15:00 y armamos campamento.El balneario de Las Grutas es muy pintoresco, el mar es calido pero con mucho oleaje. A las playas se baja por unos cortes que se practicaron en los acantilados que las rodean. Las playas son anchas y de muy poca profundidad, aunque hay que tener cuidado pues a los 300 metros aproximadamente se corta a pico en el mar profundo.Los acantilados muestran el proceso de las olas que han cavado varias grutas enn sus paredes. Para quienes no gustan de estar mucho rato bajo el sol, en las horas de la tarde, los acantilados proyectan una sombra muy agradable.Un fenomeno muy curioso es el de las mareas que en esta zona se producen muy rapidamente, en cuestion de minutos se pasa de pisar arena a pisar roca pura, el mar se ha ce cada vez menos profundo y de pronto donde uno se bañaba con agua hasta el pecho, ahora era una costa seca sembrada de mejillones y muy resbalosa.El mar retrocede hasta llegar al limite de esta plataforma y entonces los bañistas se meten en los piletones, que son grandes hoyos naturales en la roca que conserva el agua marina cuando baja la marea y que se calienta con el sol a temperaturas muy agradables.La noche es muy movida en Las Grutas, hay varios pubs, bares y boliches y una peatonal muy concurrida y en la plaza funciona una muy grande feria hippie. Algo realmente increible es ver ocultar el sol a las 22:00.Los unicos puntos en contra de esta ciudad son los precios y el viento seco y caliente que viebne del desierto y que castiga con una nube de arena y salitre constante. Las ropas mojadas quedan secas en cuestion de minutos (mis amigos y yo nos empapamos jugando y teniamos puesto remera y jean y se secaron, incluyendo la ropa interior, en menos de 30 minutos).Esa noche dormimos mal, agobiados de calor y de la arena que el viento (sopla muy fuerte) hacia entrar en la carpa.Al otro dia seguimos nuestro viaje hacia el sur por la ruta 3 y a la altura de Sierra Grande, comenzamos a disfrutar del descuento del 50% que tienen los combustibles al sur del paralelo 42.Pasamos por la Peninsula de Valdez y llegamos a Puerto Madryn. Acampamos en el camping El Golfito (muy recomedable) y fuimos a bañarnos.La diferencia que existe entre el mar en Las Grutas y Puerto Madryn es increible: Del mar celeste, calido y revuelto de Las Grutas, pasamos a un mar increiblemente frio, de color verde esmeralda, transparente, sin oleaje y con muy poco declive (hay que caminar muy lejos de la costa para hundirse hasta la cintura). La transparencia del agua es increible, con el agua a la cintura uno puede verse los pies y los peces (pocos, eso si), caracoles y cangrejos que pasan alrededor de uno, aunque hay mucho pedregullo y hay que caminar con cuidado.La velocidad de la marea es igual que en Las Grutas y en pocos minutos quedamos pisando arena. Aprovechamos para juntar caracoles raros, mientras un gallego nos mostraba como sacar pulpos que quedan atrapados en las piedras.En cuestion de segundos se encapoto el cielo desde el desierto y comenzo a soplar un viento fuertisimo que nos castigaba con arena, se largo a llover torrencialmente y tuvimos que ir a refugiarnos al campamento. La tormenta duro una hora y nos comentaron en el camping que era normal que en verano a la caida de la tarde se produzcan esas tormentas pasajeras.Desde el camping se veia la Peninsula de Valdez y la luz del faro que marca el fin del Golfo de San Matias.Madryn tiene una onda Mar del Plata para que se hagan una idea de como es la vida en esta ciudad costera.Al otro dia retomamos nuestra ruta hacia Trelew donde abandonamos la ruta 3 para transitar la ruta 25. El desafio de ese dia era realizar el cruce de toda la meseta patagonica, desde el mar hasta los Andes. Pasamos por el pueblito gales de Gaiman donde recorrimos un viejo tunel cavado en la sierra y pretendimos tomar un te con torta galesa pero debimos huir debido a los precios (igual nos dimos el gusto con una docena de confituras galesas en una panaderia). Vale la pena desviarse unos kilometros a la izquierda para ver el lago que el embelse Florentino Ameghino forma con las aguas del rio Chubut. El resto del viaje se hace bastante monotono con un paisaje constante de planicie de escasa vegetacion y mucho calor. Solo en la zona de Los Altares se ven las sierras que le dan un contraste al camino. La hospitalidad de la gente de la zona (como en todo el interior) es muy buena. Paramos en un pueblucho llamado Paso de Indios, para cargar gas-oil y comer algo. No habia nada abierto. El empleado de la estacion de servicio nos mando a preguntar en una casa que se veia a unos 200 metros. No habian nada que indicara que en esa casa se sirviera comida. Pero en cuanto llamamos y preguntamos, la señora nos hizo pasar y ahi nomas improviso unas milanesas y empanadas que nos sirvio en el propio comedor de su casa. Y es que esa señora, se encarga de atender a los viajeros que puedan pasar por el pueblo y ya todos la conocen y van a parar alli.Empalmamos mi querida Ruta Nacional 40 (asi, con mayusculas, porque esta ruta tiene nombre propio) y seguimos hacia Tecka, a la vera de los Andes Patagonicos, donde compramos dulce de calafate y de rosa mosquetas (imperdibles) y llegamos a Esquel, donde compramos provisiones para inciar el ascenso hacia el parque nacional Los Alerces. A las 18:00 acampamos en un sector libre junto al lago Futalaufquen.Fue para mi el punto mas importante de este viaje, pues en ese mismo lugar habia acampado a las 14 años con mis compañeros scouts, en el año 1985. Y volver a ver esos paisajes, esas imagenes, fue muy emocionante para mi.Esa noche hicimos una hermosa fogata junto al lago, mientras comiamos pan casero con los dulces regionales que habiamos comprado.Tras ver salir el sol por sobre las montañas y recorrer los senderos que en mi adolescencia me habian cautivado, partimos con rumbo norte hacia Bariloche. Si bien el trayecto es corto, la cantidad de paisajes obliga a ir a marcha lenta y detenerse para disfrutar. Nos metimos al lago Epuyen (con una temperatura muy agradable y cargamos las botellas con agua de deshielo) y almorzamos en El Bolson, con postre de frambuesas y zarzamoras que comimos a la vera del camino.Llegamos a Bariloche con tiempo suficiente patra recorrer el circuito chico y acampar en el camping W.Recorrimos la ciudad por la noche y comimos un chocolate en Fenoglio, antes de cocinar la cena y descansar.Al otro dia, salimos a traves de Villa la Angostura por el camino de los 7 lagos en direccion a San Martin de Los Andes. Este camino es sencillamente inolvidable. El bosque nos rodeaba y las cascadas y arroyos se sucedian constantemente. Cada uno de los lagos fue apareciendo a nuestra vista obligandonos a sacar fotos y contemplar la escena absortos. Que pasisajes tan bellos! Decidimos cargar agua y refrescarnos en el rio Pichi Traful... Grave error, los pies parecian atacados por un ejercito de hormigas, el agua estaba casi congelada y los dedos dolian demasiado. Nos conformamos con beber el agua fresca y descansar junto a los arrayanes de la orilla.Pasado el mediodia, dejamos el ripio y continuamos por una ruta de asfalto impecable (cuyo trazado cubrira todo el camino de los 7 lagos) que le quita un poco de ese sabor a aventura que oferece este camino. A los pocos kilometros asomo el azul profunsdo del lago Lacar y alli debajo, al fin del camino, la ciudad de San Martin de los Andes.Tras el almuerzo y el baño obligado en el Lacar, continuamos camino hacia Junin de los Andes. Alli desviamos para ascender hacia el parque nacional Lanin, situado al pie del volcan del mismo nombre. Acampamos junto al lago Huechulaufquen y pudimos extasiarnos contemplando el cono casi perfecto de este volcan. Las estrellas parecian al alcance de la mano y uno creia que habia el triple de estas.Al otro dia emprendimos un tramo agotador, teniamos que recorrer alrededor de 1000 kms. desde Junin de los Andes hasta Malargue, en Mendoza.A medida que ibamos subiendo por la ruta 40, la abundante vegetacion que nos rodeaba iba desapareciendo a medida que ganabamos en altura y el clima se ponia cada vez mas arido. Al fondo, el imponente Lanin, dominaba la escena. Pasamos Zapala y Chos Malal y llegamos a Buta Ranquil (ultimo lugar para cargar combustible, hasta Malargue), en Ranquil del Norte se cruza el puente sobre el rio Neuquen y se termina el asfalto dando lugar a un ripio atroz, destructivo y a una soledad que metia miedo.Obviamente no hay la mas minima señal que indique si uno va bien, los caminos sin marcar se cruzan y se superponen y uno no sabe si se desvio o si esta en el camino correcto. Por suerte unos camioneros nos indican que estamos en el buen camino y que tambien se dirigen hacia Malargue, asi que la compañia de ellos nos alivia un poco.Esta region se la conoce como la Payunia y el suelo esta formado por rocas volcanicas. Grandes mantos de lava fria cubren el suelo en grandes manchas negras sobre el amarillo de la roca original (como si fuera una gran torta marmolada) y los conos de los volcanes apagados completan el paisaje. Nos refrescamos en la orilla del rio Grande, de un caudal muy veloz, mientras esquivamos el feroz ataque de los tabanos que abundan en la zona. Pasamos por el bosque petrificado y la pasarela (un pequeño puebte de roca, muy angosto, sobre el rio Grande) y nos quedamos con las ganas de hacer turismo aventura en la Caverna de las Brujas (materia pendiente para un futuro viaje) y llegamos al anochecer a Malargue. Acampamos en el camping municipal (muy completo y a solo $1 por persona) y nos acostamos a descansar.Al otro dia continuamos viaje hacia San Rafael, ya con las Andes nuevamente a nuestro lado y las cumbres coronadas con nieves eternas mas abundantes. Al llegar al cerro de Las Leñas, desviamos hacia la izquierda y comenzamos la ascencion, pasamos por el valle de Los Molles y visitamos la laguna de la Niña Encantada, un espejo de agua cristalina y bellisima que segun reza una leyenda (aunque un cartel en la orilla, indica que el hecho fue registrado por un escribano publico) es la tumba de una india y su amado que huian de un abruja y hallaron su fin en las heladas aguas, y que en las noches de luna llena puede verse la cara de la niña en el fondo del lago y a la bruja convertida en piedra junto a la orilla.Tambien se visita el Pozo de las Animas, dos gigantescos hoyos (como crateres) que se encuentran uno al lado del otro y que estan llenos de agua, son profundos y se han formado por el enfriamiento de la roca alrededor de dos burbujas de gas que luego la erosion libero, dejando a la vista los crateres. El ruido del viento pasando por sus bordes (como cuando se sopla una botella) que semeja una queja lugubre, les da el nombre.A la altura de la localidad veraniega de El Nihuil, nos metimos en el cañon del Atuel, tras un caracol de casi 500 metros. Este cañon rodea y encajona al rio atuel a lo largo de 80 kms. El camino de corniza, totalmente de ripio contiene sorpresas en cada curva, debido a las formas curiosas que la erosion le ha dado a las rocas (el buho, el mendigo, el sillon de Rivadavia, el museo de cera y el submanrino, son algunos de los mas reconocibles). El trayecto termina en el embalse Valle Grande, cuyo murallon es impresionante y las aguas verdes son un espectaculo cautivador. El lago es ideal para los deportes nauticos. Rio abajo, han florecido los campings que se ubican uno junto al otro y se han transformado en un paraison para los jovenes con muchas propuestas de turismo aventura entre las que se destaca el rafting, gracias al rio poco profundo y muy veloz.Saliendo de San Rafael esta el desierto y luego el valle del Uco con las ciudades de San Carlos y Tunuyan y las grandes extensiones de cultivo de vid y olivo. Los pueblos se suceden y la cordillera de los Andes centrales se alza majestuosa a la izquierda del camino.Desviando a la izquierda en Tunuyan se llega al cordon del plata con su maximo exponente en el cerro Tupungato. El camino vuelve a llevarnos a la ruta 40 y entramos a Mendoza capital.Al dia siguiente tomamos hacia el oeste por la vieja ruta 7, hacia Villavicencio. Hasta alli el camino es de asfalto, pero luego continua el ripio. Comienza el camino del año que asciende la precordillera desde Villavicencio hasta desembocar en el valle de Uspallata. A este camino se lo conoce como del año porque tiene 365 curvas en su recorrido y es en un 90% camino de corniza. Antes de acceder a la Cruz de Paramillo (el punto mas alto del recorrido con 3058 m.s.n.m.) se ve la ciudad de Mendoza en toda su extension y el embalse El Carrizal.En Uspallata almorzamos y continuamos por la ruta 7 hacia el limite con Chile. El paisaje se va tornando cada vez mas imponente, las paredes de las montañas se hacen cada vez mas altas y las cumbres parecen venirse encima, los colores rojos, anaranjados y amarillos le dan un toque espectacular al paisaje. En Punta de Vacas, se pasa por gendarmeria para llenar los papeles de migracion, en caso de continuar a Chile. Al llegar a Puente del Inca, bajamos y nos fuimos hacia el famoso puente.Se trata de un puente de piedra que fue formado por la accion del rio Mendoza que calo la roca. A un costado se encuentran las ruinas del viejo hotel termal, destruido por un alud en los '40. Puede accederse al mismo cruzando sobre el puente y bajando unas escaleras. El color amarillo de las paredes delata el alto contenido de sulfuros de las aguas termales.Dentro del viejo hotel, disfrutamos del agua termal que sale de la roca misma y que llena las viejas piletas y bañeras en lo que eran las habitaciones. El agua es bastante caliente y contrasta con el frio que predomina a esa altura.A partir de aqui el viento se hace cada vez mas fuerte, tras avisar en la aduana que nuestro destino era Las Cuevas y no Chile, continuamos hacia alli. Aqui la ruta se pone cada vez mas empinada y se gana altura en muy pocos kms.Al llegar a Las Cuevas, se ve a la derecha la entrada del tunel Cristo Redentor y a la izquierda sube un camino de ripio que reza ex-ruta 7. Se trata de un trayecto de 8 kms. que asciende de los 3150 m.s.n.m. de Las Cuevas a los 4200 m.s.n.m. donde se encuentra el monumento al Cristo redentor.El camino de corniza es muy empinado y el ripio se intercala con tramos de arena suelta, conviene sopletear bien el filtro de aire o incluso sacarlo, antes de emprender el ascenso pra evitar que el auto se ahogue y quedar detenido en un camino de una sola trocha y sin protectores ni guardrails.Dos curvas, casi llegando a la cima, ponen el punto mas peligroso del trayecto. Son dos curvas cerradas y en ascenso que exigen mucho al motor, muchos al tomarla, se pegan a la pared y giran mucho el volante a la derecha, con lo que solo consiguen agregarle al motor, ademas de la fuerza por la inclinacion, la fuerza por tener las ruedas dobladas. En estos casos, es casi seguro que el motor se detiene. En la primer curva me paso eso, y les digo que es una sensacion angustiante estar detenido a 4000 metros de altura y con la cola del auto apuntando al vacio. Lo que hice fue poner el freno de mano, encender el coche nuevamente, dejarlo retroceder un poco hasta perder inclinacion y luego, con el freno de mano puesto, puse primera y lo acelere embragado y luego solte el freno de mano y el embrague fjuntos y acelere a fondo. El auto aro un poco en la arena del camino y logro subir. En la siguiente curva no cometi el mismo error, en vez de doblar cerrado segui hasta el borde del camino (les aseguro que se les frunce) y doblar apenas siguiendo el radio de curva, con lo que el auto no tuvo que hacer fuerza extra y subi sin problemas.Lo que les digo es que la recompensa de estar arriba, vale las penas del camino. Uno tiene la sensacion de estar en el techo del mundo, se ven los picos cubiertos de nieve a la misma altura de uno. Ademas se tiene la extraña sensacion de libertad de cruzar de un pais a otro como si nada. Me saque una foto poniendo un pie en Argentina y otro en Chile. Un chocolate y un certificado que indica que se alcanzo la cima, completan el paseo.Descendimos rapidamente pues se acercaba una tormenta desde Chile, tuvimos tiempo para sacarle una foto al Aconcagua antes de que las nubes cubrieran el cielo y una llovizna nos mojara hasta llegar a Uspallata. Desde alli y hasta Mendoza, nos acompaño una noche serena.Al dia siguiente retomamos la ruta 40 hacia el Norte y llegamos a San Juan, compramos sandias y melones (que ricos estaban) a la orilla del camino y nos dirigimos hacia el valle de Calingasta. La idea era atravezar la precordillera y llegar al pueblo de Barreal para ver el cerro Mercedario de cerca y por la noche visitar el observatorio astronomico de Pampa del Leoncito que posee el cielo mas diafano de la Argentina.Lamentablemente, el camino habia sufrido algunos derrumbes y aun no habian terminado de repararlo, por lo que debimos cambiar de planes y acampar en el camping Rivadavia. Tuvimos asi un dia de descanso obligado. Dentro del predio del camping corria el rio San Juan, cuyas aguas usaban en el camping para llenar una pileta donde pasamos el resto del dia.Por la noche visitamos el centro de San Juan y volvimos a dormir.Al dia siguiente salimos en dirección este hacia el departamento de Valle Fertil en el limite de San Juan y La Rioja. Pasamos por el santuario de la difunta Correa y comenzamos a recorrer un nuevo paraje desolado, por una ruta que era una sucesion de subidas y bajadas, como un inmenso serrucho, estas subidas y bajadas, combinadas con la velocidad, producian sensaciones extrañas en el estomago (como una pequeña montaña rusa) y causo un par de "accidentes" que nos llevaron a bautizar esa ruta como el "camino del vomito". Al fin llegamos a la localidad de Baldecitos y nos internamos en el parque provincial Ischigualasto, mas conocido como Valle de la Luna.El lugar es bellisimo y el paisaje parece salido de una pelicula de ciencia ficcion. Hermosos colores contrastando con el cielo azul y las curiosas formaciones, invitan a la imaginacion constantemente. Algunas de las formaciones mas famosas son el Valle Pintado, el Submarino, la Esfinge, la Cancha de Bochas y el Hongo, con el fondo de la Sierra Morada (De un rojo espectacular) que forma el limite con la provincia de La Rioja y es la puerta de entrada al cañon de Talampaya (otra deuda pendiente). Ya con la caida de la tarde emprendimos el viaje hacia el pueblo de Huasa Pampa em el sur de Tucuman donde parariamos en la casa de los suegros de uno de mis amigos. Compramos unas empanadas riojanas en un pueblito y los juntamos con el queso de cabra, el pan casero, las uvas y el dulce de membrillo que traiamos de San Juan, de noche compramos gaznates en Catamarca y asi improvisamos una cena arriba del auto. Pasadas las 2:00, llegamos a Huasa Pampa.Al dia siguiente salimos por la ruta 38 y tras "pagar peaje" a los piqueteros que cortaban la ruta en la puerta de los ingenios (son mas de 7 cortes permanentes entre La Cocha y San Miguel), desviamos por la ruta 307, siguiendo el curso del rio de los Sosa y subiendo la ladera de la sierra del Aconquija, cuyo punto mas imponente es el nevado del mismo nombre que se alza hacia el sur.Pronto el camino se interna en la tupida selva tucumana y la ruta se encajona entre paredes de lianas, helechos y grandes arboles. Las cascadas se abren paso entre la vegetacion a medida que el camino asciende y se vuelve de cornisa.La ruta 307 tiene un buen asfalto pero en algunos tramos, sobre todo en la montaña, se angosta bastante.Mas o menos a medio camino se llega al monumento al indio, donde la ruta se torna peligrosa; las curvas se cierran demasiado y en los puentes sobre las cascadas la trocha permite solo un vehiculo por vez. Aqui llegamos a la curva del Fin del Mundo, que recibe su nombre por la cantidad de vehiculos que tras haber calculado mal la velocidad, han terminado en el fondo del barranco. El camino sigue su ascenso y las nubes comienzan a acercarse. En verano es muy comun que haya neblina en la cima de la sierra. Tan subitamente como aparecio la selva, esta le dejo paso a unas grandes extensiones de pastizales.Aqui se encuentra la localidad de El Mollar, junto a las aguas del dique La Angostura. A su alreddor se encuentra el parque de Los Menhires, un parque provincial que resguarda estos monumentos de las viejas culturas calchaquies.Aprovechamos para comprar quesillo y tortilla y seguimos hacia Tafi del Valle.Tafi es una bellisima ciudad con un clima privilegiado, el sol se derramaba generoso y el olor del cabrito (irresistible) se desprende de los asadores. El pueblo esta rodeado por las montañas mas altas de la cadena del Aconquija y uno puede ver las nubes en las laderas. A partir de aqui, la ruta 307 esta un poco descuidada y los arroyos la cruzan en varias partes. Hay que ir con cuidado pues ademas comienza a ascender en forma bastante pronunciada. A los 3042 m.s.n.m. aparece el abra del Infiernillo. El punto mas alto de la ruta y esta vez no pude ver las nubes debajo de nosotros... Estaban al lado mio y le daban al paisaje una sensacion extraña, en pleno febrero teniamos que estar de buzo. En este lugar decidimos hacer algo insolito: jugar junto a la ruta el partidito mas alto de nuestra historia. Lo hicimos a 6 goles, pero pudimos entender lo que sienten los jugadores jugando en la altura... aunque la pelota SI doblaba, y casi se va al fondo del valle.Desde este punto, uno deja de ver el valle del Tafi para empesar a ver los valles Calchaquies. Pasamos el pueblo de Amaicha del Valle y empalmamos la ruta 40 (Me parecia increible haberla transitado en Chubut, Neuquen, Mendoza, San Juan y ahora en Tucuman) y nos desviamos para recorrer las ruinas de los indios Quilmes.Aqui pude ver bailando a los remolinos por las arenas y el sol jugando en el brillo del pedregal, y es que en esta parte de Tucuman, las piedras estan cubiertas de un povillo brillante (que se desprende y lo impregna todo) que refleja la luz de una forma muy particular.Llegamos a Cafayate, con la caida del sol y acampamos en el camping Lorohuasi, a la entrada de la ciudad.Tras darnos un chapuzon en la pileta, fuimos al centro de Cafayate (vale decir la plaza y las cuatro cuadras que la rodean) y compramos algunos recuerdos (El mas lindo es el palo de lluvia, que es el tronco del cardon relleno de semillas y que hace un ruido similar al de un aguacero). Descansamos y al otro dia, tomamos la ruta 68 (si mal no recuerdo) a traves de la quebrada de las Conchas. Otra opcion era seguir por la ruta 40 hacia Cachi a traves del abra del Acay (mas de 5000 m.s.n.m.), el desafio era excitante, pero la gente de vialidad me dijo que no lo intentara, pues habia habido mucha lluvia y el ripio habia quedado en muy mal estado.De todos modos la quebrada de las Conchas ofrece paisajes espectaculares, todo matizado por el increible rojo de las rocas y la tierra. Aqui tambien se pueden observar formaciones rocosas muy curiosas como el Obispo (parece una escultura) o los Castillos y sitios como el anfiteatro (no hay forma de describirlo si no se lo ve) al que se entra por una grieta en la montaña y se encuentra con una inmensa abertura con paredes simulando gradas y la cima a unos 50 mts. o mas; y la Garganta del Diablo.Tras llegar al pueblo de El Carril, acampamos y decidimos pasar la tarde recorriendo la cuesta del Molino para llegar al pueblo de Cachi. Es un camino en todo similar a la ruta 307 con la selva al costado, las curvas cerradas, los precipicios, la trocha angosta y el agregado del ripio. Los arroyos cruzaban la ruta y los precarios puentes sobre las quebradas hacian temer por la seguridad del auto. En El Molino se encuentra el punto mas alto del recorrido (3388 m.s.n.m.) y alli nos encontramos con algunas nubes.Saliendo de la cuesta, entramos en los valles Calchaquies nuevamente. Alli tomamos la recta Tin-Tin, la ruta de asfalto se asento sobre un viejo camino indigena que durante 11 kms. recorre una linea perfectamente recta. Es increible a la vista, ya que desde la cuesta del molino se la ve en toda su extension y no se aprecia la mas leve curva.Llegamos a Cachi y recorrimos este pintorezco pueblito.Cuando regresabamos, pudimos ver como las nubes bajaban por la montaña y se extendian como tentaculos sobre el valle. La imagen era bellisima, pero luego caimos en la cuenta de que esas nubes estarian precisamente en el camino que ibamos a recorrer... Y no nos equivocabamos, la niebla era tan espesa que yo solo podia ver un par de metros delante del capo. Asi que mis amigos iban con el cuerpo fuera de la ventanilla indicandome si me iba muy a la izquierda o muy a la derecha y el sentido de la curva que venia. Y asi pudimos bajar la cuesta sanos y salvos y volver al campamento.Al dia siguiente salimos hacia el norte y tras pasar por Salta nos metimos en el recorrido de la vieja ruta 9 para cruzar a Jujuy atravezando la selva.Este sector es aun mas selvatico y con vegetacion mas tupida que en Tucuman, y ademas el camino esta bastante descuidado (aunque es de asfalto) y tan angosto que no se entiende como circulaban vehiculos en ambas direcciones, cuando era el camino obligado.Llegamos asi a San salvador y despues de almorzar salimos por la ruta 9 hacia la quebrada de Humahuaca. El camino se va haciendo cada vez mas alto y el rio Grande (de aguas color rojo ladrillo) nos va acompañando en el recorrido, los pueblos se suceden unos a otros y las casitas tipicas de los coyas se ven en los alrededores. Nos desviamos hacia Purmamarca (donde un gendarme entrega los papeles si uno desea continuar hacia Chile a traves del paso de Jama) y admiramos el cerro de los Siete Colores.Entramos al pueblito para ver su plaza, su cabildo y su iglesia y comprarles a los coyas algunos puloveres de llama y alpaca.Comimos humita en chala y mazamorra y compramos una bolsita de coca (mas como recuerdo que para coquear).Tras pasar huacalera y contemplar la Paleta del Pintor (una serie de rocas de vivos colores), entramos en la Puna.Visitamos el Pucara de Tilcara y su jardin botanico de altura (donde comimos algunas tunas directamente de la planta), para luego continuar hacia Humahuaca donde llegamos a Humahuaca al caer la tarde. Alli pasamos la noche disfrutando del carnaval humahuaqueño y divirtiendonos como locos. Como no sentiamos nada extraño, pensamos que la Puna no habia tenido efecto sobre nosotros, asi que bailamos y comimos comidas tipicas sin control... Pero cuanto nos habiamos equivocado, esa madrugada nadie podia dormir por el malestar general y los dolores de cabeza.El plan era continuar al dia siguiente hacia La Quiaca, pero debimos cambiarlos obligados por el apunamiento. Ademas una pequeña lluvia se habia desatado a eso de las 4:00 de la mañana y hubo que secar la carpa.Alrededor de las 11:00 salimos nuevamente hacia el sur, para recorrer Jujuy, Salta y Tucuman y hacer noche en Huasa Pampa.A la altura de Huacalera nos encontramos con una cola de autos y la policia que hacia pasar grupos de autos de un lado y del otro alternados. Se veian maquinas de vialidad y pensamos que seria un accidente. El tema era que en ese lugar la lluvia habia sido torrencial y habia formado un volcan, un desprendimiento de barro y piedra que habia bajado de la montaña y sepultado el camino con varios metros de lodo. Recien habian liberado una mano y estaban permitiendo pasar a los autos.Ya encajados en la quebrada, fuimos testigos de algo para mi nunca visto: El cielo encapotado derramaba lluvia, pero mientras a nosotros en la ruta no nos llegaba ni una gota, a menos de 50 mts., en el medio de la quebrada, sobre el rio, llovia con furia. El mal tiempo nos acompaño todo el tiempo con lloviznas y nos arrunio la visita a Tafi Viejo y el cerro San Javier en Tucuman. Nos conformamos con visitar la historica casa y luego continuamos hacia Huasa Pampa.Al dia siguiente, tras desayunar, nos dirijimos por la ruta 38 a traves de Catamarca, santiago del Estero y Cordoba. Sol, calor, desierto, salinas y sobre todo muchos pozos, es todo lo que recuerdo de ese camino. A la altura de Dean Funes desviamos hacia Cruz del Eje para entrar por la ruta del sol al valle de Traslasierra. Visitamos el dique que es realmente impresionante y cruzamos la pampa de Pocho donde vimos los viejos volcanes y los bosques de palmeras caranday.Acampamos en las afueras de Mina Clavero y pasamos la tarde nadando en el rio de los Sauces.Al dia siguiente emprendimos el ultimo dia de viaje. Salimos hacia el sur pasando por los pueblos de Nono, Los Hornillos y Villa Las Rosas, contemplando a nuestra izquierda el cerro Champaqui. Visitamos el dique La Viña (el mas alto del pais) y continuamos por la ruta 148 hacia el valle del Conlara. Visitamos la villa de Merlo y sus alrededores. Concoimos el algarrobo el Abuelo, un coloso de 400 años de edad y subimos por una ruta recientemente construida hasta el mirador El Condor donde se practica parapente. Aprovechamos para traernos unas hermosas piezas de cuarzo blanco y mica que habian sacado con la construccion de la ruta.Despues del mediodia tomamos la ruta 1 y bordeamos la sierra de los Comechingones para emplamar la ruta 8 y llegar a Buenos Aires alrededor de la 23:00 de ese domingo.Este ha sido mi relato, del viaje mas loco que alguna vez se me pudo haber ocurrido realizar.

tipitera dijo el 11/12/03:
Hola! Muy copado tu viaje, pero para mi gusto muuuuuuuy corrido, yo queria hacer solamente la parte que vos hiciste desde bs as hasta trelew y cruzarme al lado de la cordillera y subir hasta san martin, junin de os andes nada mas y despues volver, y solo tengo 15 dias y estoy llorando porque siento que no me van a alcanzar!Pero bueno, queria saber cuantos dias tardaste en hacer este tramo que yo te digo, para ve rsi me mando a hacerlo todo o no, porque quiero descansar! quedarme un dia por lo menso en cada lugar.... no se! Gracias!!

Arg_BsAs dijo el 16/12/03:
tipitera, depende en que vayas te alcanzan o no los dias... cuando te vas? yo tengo pensado ese viaje en camioneta pero hasta el glaciar....

tipitera dijo el 17/12/03:
Mira, el viaje lo hariamos en auto, mi novio y yo, pero solo maneja mi novio, y teniendo en cuenta que no quiere estar todas las vacaciones arriba del auto.... Me parece que voy a tener que sacar algunos puntos de ambos lados, tanto de la cordillera como del atlantico para hacer las dos cosas, o hacer una sola bien y a full. Vos queres hacer lo mismo pero bajar hasta el glaciar?? y cuanto tiempo tenes??

 


 
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