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Córdoba Miércoles 14/11/2018

Veranear en las sierras cordobesas costaría un 30% más.

Es el promedio del ajuste respecto de la temporada pasada. Pero es muy variable, va desde el que no aumenta hasta el que aplica un 70%.

Pronosticar sobre cuánto aumentarán las tarifas para los turistas que elijan alojarse en las Sierras cordobesas el próximo verano, respecto del anterior, no resulta sencillo si la idea es culminar con una cifra redonda.

Podrá concluirse que, en promedio, el ajuste se ubica en un 30 por ciento. Pero son tan variables los números entre los establecimientos relevados que resulta más preciso afirmar que ese turista podrá encontrar desde algún hotel que le cobrará casi lo mismo que el verano pasado, hasta otros donde deberá pagar un 50 y hasta un 70 por ciento más. Entre medio hay incrementos de todos los colores.

Los datos surgen del relevamiento que, como cada año, realiza el diario La Voz de Córdoba comparando los precios, para enero, en los mismos 20 establecimientos de nueve localidades serranas.

La lista, que se repite idéntica desde 2009, contempla hoteles y cabañas de variada categoría, pero también casas de alquiler, hospedajes y campings.

El ajuste promedio relevado se sitúa por debajo de la inflación anual, que se estima entre el 40 y el 45 por ciento. Una mayoría de establecimientos aplicará incrementos menores a esa cifra, aunque otros la traspasarán.

La enorme variabilidad, que podría explicarse en la volatilidad e incertidumbre del escenario económico nacional, depara sorpresas: hubo que rechequear más de una vez, por ejemplo, que no fuera erróneo que un hotel de la lista aplicara un ajuste del 70 por ciento, mientras que otro bajaba su tarifa un cuatro por ciento. En el primer caso, el argumento fue que en la temporada anterior había aumentado por debajo de la media. En el segundo, que un cambio de dueños provocó una drástica variante de la estrategia tarifaria.

El cuadro adjunto muestra los 20 sitios de alojamiento relevados por las corresponsalías de este diario. En cada localidad y región hay precios por encima y por debajo de los citados, que sólo son indicativos para dar cuenta de la evolución de un año a otro.

En cabañas para cuatro personas, por ejemplo, se podrán conseguir desde los 1.500 a los 6.500 pesos por día, dependiendo de la infraestructura y de los servicios que ofrezcan. Van desde las que no incluyen pileta ni desayuno hasta las que suman piscinas climatizadas, mucamas, spa, campos de deportes y hasta cancha de golf.

Para hoteles, en tanto, una habitación doble en categoría tres estrellas (con pileta y desayuno) puede encontrarse entre los 1.800 y los 3.600 pesos por noche, en enero. Un dos estrellas, en tanto, oscilaría entre los 1.400 y los 1.900 pesos.

Si la comparación se estira varios años aparecen números que asombran. Por caso, la misma cabaña de Nono que en 2009 cobraba 300 pesos por noche, en 2019 costará 3.400 pesos. El aumento es del 1.133 por ciento en 10 años.

A la vez, la misma habitación para dos personas del hotel tres estrellas de Villa Carlos Paz que en 2009 costaba 320 pesos, en enero de 2019 saldrá 2.200 pesos: una diferencia del 588 por ciento.

En las últimas semanas, tanto desde la Agencia Córdoba Turismo en la provincia como desde la Secretaría de Turismo de la Nación para el país, se sugirió que los ajustes en las tarifas sean “medidos” para promover una mayor movilización de turistas argentinos en los destinos nacionales. Aunque no se impusieron cifras, la sugerencia era que no se superara el 30 por ciento.

Desde las cámaras empresarias que agrupan a hoteleros y cabañeros cordobeses, antes de que cada establecimiento fijara sus precios se insinuaba que los incrementos se ubicarían entre el 25 y el 40 por ciento.

Otras fuentes del mismo sector pronosticaban que los incrementos se ubicarían en torno del 30 por ciento en la mayoría de los establecimientos, pero que treparían hasta el 40 para los de mayor jerarquía, con clientela de mayor poder adquisitivo.

Este año el escenario para el turismo serrano varió. La devaluación del peso, que duplicó el valor del dólar, genera que menos argentinos vacacionen en el exterior. Esa competencia “de afuera” ahora se redujo y los sectores nacionales con mayor poder de gasto que se quedarán en el país ocuparán los establecimientos de mayor categoría y precio.

Pero en Córdoba, ese tipo de alojamiento representa una franca minoría del mercado: el vasto resto está destinado, históricamente, a sectores medios a los que esa misma devaluación ha complicado por la recesión que acarreó.

La misma escena que en Córdoba se pinta por estos días en la costa bonaerense, donde también algunas estimaciones dan cuenta de ajustes tarifarios de entre el 25 y el 35 por ciento en promedio.

Ambos son los destinos argentinos que más turismo interno reciben en verano pero, al mismo tiempo, son también los que menos extranjeros atraen.

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