La aurora polar atrapó la noche de la Base Belgrano II
La imagen de nubes iridiscentes verdes sobre la estación Belgrano II, captadas por sus afortunados moradores, se viralizaron por todo mundo.
El sábado 27 de mayo a las 20:10, con una temperatura de 18 grados bajo cero sobre el hielo de la Antártida Argentina, los habitantes de la Base Belgrano II, ubicada sobre un afloramiento rocoso de un glaciar, en la Bahía Vashel, a 1300 kilómetros del Polo Sur, fueron testigos de este hecho maravilloso. La aurora austral fue un show de luces natural y exclusivo para los 21 hombres que trabajan allí.
Se trata de unos de los fenómenos más inusuales y maravillosos que se pueden ver en esta parte de nuestro planeta. Llamada en el hemisferio sur, austral, en el norte se dan las boreales.
Las auroras polares son muy frecuentes durante los meses de la noche polar. Eso en el Polo Sur es de marzo a abril, dependiendo de la latitud, hasta septiembre. Hay años mucho más activos que otros, en los que puede haber 40, 50 o hasta 100 auroras al año. Esto depende de la latitud y de los vientos solares. Puede haber auroras muy débiles, que no se noten.
En promedio, las auroras pueden durar minutos o no más de un par de horas. Pero la del sábado fue producto de un viento solar muy intenso que hizo que los meteorólogos puedan verla a simple vista durante 10 horas.
La aurora boreal y la austral son fenómenos idénticos. La única diferencia es que la "bomba de emisiones solares" (el sol emite una enorme cantidad de protones y electrones que son captadas por el campo magnético de la Tierra y llevadas por igual a los polos) no fue perceptible en el polo norte el sábado. La luz del día no permite que se vean a simple vista los colores del choque de esas partículas contra la atmósfera.
El fenómeno consiste en un brillo o luminiscencia en el cielo nocturno, ocurrido debido a que una masa de de partículas cargadas eyectada desde el sol (conocida como radiación cósmica) choca con la magnetósfera de la Tierra.
Cuando esta masa solar choca, la radiación se desplaza a lo largo de la capa magnética y la energía asociada se va almacenando hasta que se dispara en forma de radiaciones electromagnéticas sobre la ionósfera terrestre. Como consecuencia, se forman estos efectos lumínicos.
Los sensores que captan estas emisiones de energía ven las auroras en ambos extremos de la Tierra. Eso es lo que permite que existan los pronósticos de auroras.
Actualmente la base Belgrano II está compuesta por 21 hombres, 16 pertenecientes al Ejército Argentino, 2 Observadores Meteorológicos de la Fuerza Aérea Argentina y 3 Científicos del Instituto Antártico Argentino.