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Argentina Martes 6/8/2019

Catamarca en cinco circuitos para conocer y sorprenderse

Las rutas del telar, del adobe, del vino, del volcanes y salares, y de los seismiles para disfrutar por cinco

La Ruta del Telar propone un circuito turístico con 50 postas integradas por más de 300 artesanos del departamento Belén, que atraviesa 27 localidades a lo largo de unos 300 kilómetros en los que se elaboran los más finos y delicados ponchos catamarqueños de lana de oveja, llama o vicuña. Cada localidad de la ruta tiene sus características únicas de diseño.

El circuito recorre las localidades de Londres, Belén, Puerta de San José, San Fernando, Hualfín, Villa Vil y Puerta de Corral Quemado.

El adobe fue una técnica de construcción incorporada a la región por la cultura diaguita y todavía persiste en la actualidad. A lo largo de esta ruta temática, se encontrarán algunas piezas arquitectónicas consideradas entre las más importantes de América.

El recorrido, de 55 km, nos lleva por casas anónimas, iglesias y oratorios del Departamento de Tinogasta; algunos edificios tienen más de 300 años. El paseo comienza en la Ruta Nacional Nº 60: justo a la salida de Tinogasta encontrarás una antigua casona que perteneció a unos europeos de apellido Del Pino.

Por la misma ruta, en El Puesto, está el Oratorio de los Orquera, una capilla de principios del siglo XVIII, y cinco kilómetros más adelante, en La Falda, está la iglesia de Andacollo. La siguiente parada es en Anillaco, donde podés visitar el edificio de el Mayorazgo y la iglesia consagrada a Nuestra Señora del Rosario. El paseo sigue rumbo a Fiambalá, y tres kilómetros antes del pueblo encontrarás la iglesia de San Pedro, construida en 1770, un auténtico exponente de la arquitectura religiosa colonial.

Catamarca alberga viñedos en el Valle de Abaucán, pegado a la Cordillera de los Andes, y en la zona Calchaquí, a una altura que varía entre los 1.200 y los 1.750 m.s.n.m., pero también hay extensiones cultivadas en Belén, Hualfín y en el departamento de Pomán. Las variedades que mejor se dan son el Syrah y el Cabernet Sauvignon.

En Santa María uno viene de Cafayate, Ruta del vino salteña, sigue por la RN 40, pasa Santa María donde hay dos Bodegas: Santa María de la Vid y la Bodega Jorge Amado. Siguiendo camino se llega a la joven bodega Hualfín.

La ruta 40, que luego empalma con la 60, lleva hasta el otro polo de la Ruta del Vino, Tinogasta y la cercana Fiambalá. En Tinogasta perduran bodegas que producen vinos de las mismas variedades que Santa María y algunas de las llamadas boutique. Como la de Juan Longo, en una construcción de piedra con una cava donde degustar sus logros.

En Antogasta de la Sierra se desprenden un conjunto de excursiones a través de las cuales se descubren volcanes, salares y lagunas a más de 4 mil metros de altura. Unos cinco kilómetros al sur de Antofagasta, una de las excursiones es la que llega hasta la laguna del volcán La Alumbrera, cuyas aguas dulces son habitadas por flamencos rosados, patos y más de 25 especies endémicas de avifauna.

A unos 60 minutos de viaje desde Antofagasta de la Sierra, se encuentra el Salar del Hombre Muerto. El lugar se encuentra a 4.200 metros sobre el nivel del mar y alberga unas pocas casas de pobladores que trabajan en la minas de litio y oro de la zona. Siguiendo el recorrido se encuentra la Laguna Grande, la cual alberga más de 18 mil ejemplares de parinas. Se trata de un Sitio Ramsar y uno de los humedales más importantes del mundo por ser el sitio más austral donde anida ese tipo de flamenco.

Desde Laguna Grande se accede a un camino que llega hasta el volcán Galán, el cual posee el cráter más grande del planeta con 40 kilómetros de diámetro. Una vez allí, se avista la Laguna Diamante y un río con agua termal.

Un poco más al norte, otra de las excursiones es al salar de Antofalla, el cual mide 163 kilómetros y es el más largo del mundo. Se trata de uno de los lugares más inhóspitos e inaccesibles de la Puna.

La Ruta de los seismiles ofrece un recorrido de ensueño por casi 200 kilómetros que van desde el noroeste de la provincia hasta el Paso San Francisco, límite con Chile.

Se recomienda tomar la Ruta Nacional 60 desde Fiambalá, un camino sinuoso en constante ascenso, donde a cada paso podrán verse las más variadas escenografías, por sus colores y texturas cuasi desérticas. Además de encontrarse allí 19 volcanes de más de 6 mil metros de altura tales como el Inca Huasi, el Pissis y el Ojo del Salado, y se suman innumerables picos, lagunas de firmes colores rojizos y turquesas, aguas termales, una escasa vegetación y algunos extravagantes animales.

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