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Mercedes Martes 28/8/2018

Seis propuestas de turismo rural bonaerense

Un puñado de pequeños pueblos y pulperìas bonaerenses que abren sus puertas para recibir a aquellos que buscan la calma, la buena comida y la belleza natural.

Hay distintos recorridos y rutas que sorprenden por su belleza, los caminos de la provincia se destacan por tener destinos que no se publicitan en medios masivos pero que representan la mejor posibilidad de encontrar y vivenciar experiencias únicas, reencontrándonos con sabores perdidos y conociendo la verdadera esencia de la identidad bonaerense. Los pueblos que apuestan por el turismo rural se muestran tal cual son: con sus tiempos, sus recetas y su riqueza en historias y anécdotas.

Situada en Mercedes la Pulpería de Cacho es una de las pulperías mejor conservadas del país, Cacho di Catarina se definió como el último pulpero, su legado lo tomó su familia que hoy ofrece la posibilidad de hacer un viaje en el tiempo con la sencilla acción de sentarse dentro de este templo criollo, y disfrutar de la tranquilidad de un aperitivo inolvidable. La pulpería, que está abierta desde mediados del siglo XIX, ofrece en invierno comidas de olla, como guiso carrero, de lentejas y el inmortal locro. Las tradicionales empandas de Cacho y las picadas con el clásico salame quintero y quesos de la región. Hay espectáculos folclóricos.

El Almacén San Francisco está en Roque Pérez, dentro del corredor de almacenes de La Paz. El almacén es una típica construcción de barro que remite a la más pura tradición gaucha. La Paz Chica es una pequeño paraje de menos de 100 habitantes que viven a ritmo lento que tiene una particularidad, es contagioso. Aquí también está el único cine rural del país, abierto. Con una buena conectividad, se accede por el KM 135 de la ruta 205. En el almacén se pueden probar los mejores productos del territorio, como picadas, empanadas y carnes asadas. Abierto de jueves a domingo de 11 a 18 hs. Hay actividades infantiles.

De Tandil no hace falta describir su belleza porque es uno de los lugares más visitados de la provincia, pero a la masiva oferta de cabañas dentro del ejido de la ciudad serrana, se promocionan poco sus destinos de turismo rural. Para conocer a fondo la comarca es posible hacerlo recorriendo los caminos rurales que nos llevan a los diferentes pueblos donde germinan la calma y la paz. Fulton ofrece la posibilidad de disfrutar de comida casera en el Almacen Adela, también comprar alfajores en “Estaful” y poder dormir en San Agustín, Casa de Campo. Vela es otro pueblo que abre sus puertas con El Horizonte “Casa de te y picadas”. En Gardey se puede visitar el Museo de Malvinas y disfrutar de carnes asadas y picadas en el legendario Almacén Vulcano. Tandil, de esta forma, enamora.

En PigÜé la oferta de turismo rural es variada y una de las más interesantes de la provincia. Se trata de un destino que invita a conocer un territorio bello y familiar, con cordones serranos que constituyen verdaderas postales. Aquellos que quieren hacer base en la localidad pueden hospedarse en la Posada “La Querencia”. Para los que buscan tranquilidad y buena comida, pueden ir al Hotel “Peumayén” en Espartillar de 800 habitantes, con la posibilidad de probar trufas, ya que a pocos kilómetros del pueblo se halla el mayor campo trufero del país. El grupo de Turismo Rural “Raíces de Campo” propone conocer Dufaur, un bellísimo pueblo de 200 habitantes a los pies de las sierras, almorzar en "La Moderna”, un almacén de ramos generales recientemente recuperado, continuar viaje y conocer el Puesto de Campo “El 17” (criadero de cerdos, punto de venta de chorizos), en Colonia San Martín y completar esta ruta a la intimidad productiva del mundo rural en el tambo “El Balcón del Arroyo“, donde se podrán comprar los mejores quesos de la región, mientras se disfruta de una vista incomparable del arroyo Sauce Chico y las sierras de la Ventana. Para amantes de la aventura, la Estancia Cerro Áspero organiza caminatas por los cerros y visita al refugio de montaña más alto de la provincia.

Pablo Acosta es un pequeño pueblo en Azul de menos de 30 habitantes, pero también el nombre de un almacén que rescata y ofrece la más pura identidad de esta tierra bendecida por una belleza que se basa en el silencio y en el maravilloso paisaje de Boca de la Sierra. Asentado en una típica esquina de campo, el almacén ofrece productos del territorio. Fabián Vendemila es uno de los más experimentados cocineros criollos de la provincia, los que vayan podrán probar sus platos, donde sobresalen las verduras al horno de barro, carnes asadas, el clásico sandwich de crudo y queso, y chorizos de jabalí. Su esposa, Viviana Coluccio es conocedora de toda la historia del pueblo y la región, es un libro abierto que completa la experiencia de visitar un pueblo de fantasía rural. El almacen cuenta con dos cabañas.

Por último, Balneario La Chiquita, en la entrada de la Patagonia bonaerense, en el partido de Villarino, esta balneario ofrece interminables playas solitarias ideales para caminatas que invitan al reencuentro con uno mismo. Mar, soledad e infinito horizonte. El pequeño pueblo está en etapa embrionaria, por lo que quedarse a dormir allí constituye una experiencia única. El mar en invierno es un alimento para la vista y el alma. Se trata de una de las playas más intimas y vírgenes de la provincia. Ideal para soñadores y amantes de la pesca.

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