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Argentina Domingo 10/6/2018

Casas históricas, refugio de escritores

Del Gran Buenos Aires a Misiones, un recorrido por residencias de grandes plumas, hoy abiertas al público

"Durante los años de mi infancia pasábamos los veranos en Adrogué, a unos quince o veinte kilómetros al sur de Buenos Aires. Allí teníamos residencia propia: una vasta construcción de una planta, con terrenos, dos cabañas, un molino de viento y un peludo ovejero marrón. Adrogué era entonces un remoto y apacible laberinto de casas de verano rodeadas por verjas de hierro, con parques y calles que irradiaban de las muchas plazas. Impregnado por el ubicuo aroma de los eucaliptos".

Así describió Borges el suburbio que visitaba con su madre y su hermana Norah. En el chalet que perteneció a la familia funciona Casa Borges, un museo dedicado al gran escritor del arrabal, que recordaría para siempre en sus versos el aroma de los eucaliptos en la plaza Almirante Brown, sobre la cual se asomaba su habitación.

En el exterior lo evocan una estatua, el poema "Everness" y un mural que lo representa de espaldas, junto a uno de sus animales favoritos: el tigre. El interior le está dedicado a través de citas, fotografías (se lo ve en el frente de esta misma casa) y libros como el llamado precisamente Adrogué, con ilustraciones de su hermana.

Almirante Brown 301, Adrogué. Lunes a viernes, de 10 a 16, y sábados, de 11 a 17, entrada libre.

En Misiones podemos visitar la casa de Quiroga. Estuvo y sigue estando en el medio de la selva, como el corazón del atormentado narrador de los Cuentos de amor, de locura y de muerte. Hay que salir de la ciudad de San Ignacio a través de caminos de tierra colorada, en parte siguiendo las indicaciones, en parte preguntando, hasta llegar a la casita sobre una barranca del Paraná.

Lo primero es un sendero interpretativo levantado entre bambúes, con varias placas que funcionan como estaciones informativas sobre la vida y obra del escritor. Y se llega luego a un claro donde aparecen dos construcciones: una réplica del primer bungalow -hecho en madera por el propio escritor- donde viviera Horacio Quiroga, reconstruido cuando se filmó una película sobre su figura.

La otra es la casa original, de material, que atesora recuerdos y objetos utilizados por Quiroga durante sus años en Misiones, donde había llegado como fotógrafo para una expedición organizada por Leopoldo Lugones. Se destacan su escritorio y la máquina de escribir, testimonios de su oficio, así como la colección de mariposas y un cuero de víbora capturada en la selva.

Calle Horacio Quiroga S.N. Tel. (0376) 447-0130. Lunes a domingo, de 9 a 17.

La Cumbre fue el refugio cordobés de Mujica Lainez. En otoño, cuando los alrededores empiezan a teñirse de amarillo, es indudable por qué el escritor llamó El Paraíso a esta casona, su morada desde 1969 hasta su fallecimiento en 1984. La había comprado en un rapto de inspiración al pasar y descubrir un cartel que oportunamente anunciaba: Se vende El Paraíso.

A tres kilómetros de La Cumbre, en el Valle de Punilla cordobés, visitarla es ingresar a su mundo y viajar a otra época, a una postal detenida en el tiempo gracias a la biblioteca, su máquina de escribir, su lapicera e incontables recuerdos de viaje. "Quien recorra este sitio se asoma a mi corazón y a mi memoria", dijo Manucho, que en sus últimos años en La Cumbre fue vecino del pintor Miguel Ocampo, precisamente quien -durante sus tiempos como diplomático en Roma- le hiciera conocer el Parque de los Monstruos de Bomarzo, inspiración de la gran novela sobre Pier Francesco Orsini.

En El Paraíso, Manucho escribió Cecil y otras novelas: esta y muchas otras historias de una casa repleta de anécdotas y curiosidades se pueden conocer en las visitas guiadas que organiza la Fundación Mujica Lainez, que preserva el patrimonio del escritor.

Cruz Chica (La Cumbre). Tel. (03548) 45-2068. De 10 a 13 y de 17 a 19.30 (puede cambiar según las temporadas).

Emblema de Beccar, una casona elegante como su dueña, Victoria Ocampo. Esta casona elegante como su dueña es un emblema de Beccar y el lugar por donde pasaron grandes nombres de la literatura, la música y las artes del siglo pasado, gracias al mecenazgo de Victoria. Tras heredar esta mansión de 1891, construida por su tía Francisca Ocampo junto a un jardín con barranca al río, la fundadora de Sur se mudó y la renovó completamente inspirándose en los principios de Le Corbusier. Victoria Ocampo vivió aquí hasta su muerte en 1979, aunque años antes había donado la propiedad a la Unesco.

Hoy se visitan sus tres plantas de estilo ecléctico, que conservan mobiliario original, libros y recuerdos de su antigua dueña. Se organizan recorridos guiados y exposiciones de arte; también hay un bar-restaurante.

Elortondo 1837, Béccar. Viernes, sábado y domingo de 12.30 a 19.

Por último, en la Pampa encontramos el refugio de Olga Orozco. A un puñado de kilómetros de Santa Rosa, Toay es la pequeña localidad donde nació, el 17 de marzo de 1920, una de las grandes poetisas argentinas del siglo XX. Olga Orozco era hija de un inmigrante italiano -ella usaba en la poesía el apellido materno- que construyó la casa familiar, "una quinta grande con frutales y jardines", cuando La Pampa aún era territorio nacional.

¿Me fui del todo alguna vez? Toay es una puerta que se quedó abierta para siempre en mi memoria y por la que podía entrar a mi antojo para encontrar la fiesta o el sosiego. En sus últimos años Orozco donó su biblioteca personal al municipio de Toay, que a su vez gestionó la compra de la casa: se conservan hoy, además de más de 4500 volúmenes y su máquina de escribir, varios objetos personales de la escritora en el edificio que funciona hace 15 años como casa-museo y está actualmente en refacción.

Avda. Regimiento 13 de Caballería 1102, Toay, La Pampa. Tel. (02954) 381998.

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