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Recorrer los antiguos "Caminos del Inca" no significa solamente viajar a Machu Picchu... La red vial incaica comprendía 25.000 kilómetros de camino de piedra, nacía en Ecuador y se extendía hasta el sur de la provincia de Mendoza. Hoy, gran parte de esa senda se encuentra debajo de la Ruta Nacional N° 40, que se extiende desde La Quiaca hasta Ushuaia. Con una extensión de más de cinco mil kilómetros, este Camino abarca siete provincias argentinas: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza. Debido a su gran desarrollo, la ruta imperial de los incas atravesó por los más agrestes y variados paisajes, cruzando pantanos, lagos, desiertos, altas cumbres, empinadas laderas y tupidas selvas. Quien quiera imitarlos no tiene más que desafiar el cruce de Abra del Acay, el paso más alto de América, situado a 4.895 metros sobre el nivel del mar. Por el abra de este gran monte nevado han pasado los pueblos aborígenes más antiguos. El actual camino fue inaugurado en 1960 por Vialidad Nacional y son 60 km de peligroso sendero. Se respetó la antigua senda que usaban los incas, quienes cuando se arriesgaban a cruzarlo, por lo peligroso de la travesía, homenajeaban a la Pachamama (Madre Tierra) con una piedra en cada cruce o dejando su bolita masticada de hojas de coca. Por allí pasaban caravanas de llamas cargadas de maíz, que iban al altiplano boliviano y al Cusco (con "z" lo rebautizaron los españoles) en Perú. También lo cruzaron los colonizadores; el conquistador Diego de Almagro relata en sus memorias el helado silbido del viento que cortaba los rostros de los caminantes.
Conocido como "nido del viento blanco", hasta los automóviles se apunan a raíz de los efectos del afamado viento de su cumbre. Se puede ascender por la Quebrada del Toro (foto) y luego por la de Las Cuevas hasta llegar a San Antonio de Los Cobres. Una vez ahí comienza el verdadero desafío por alcanzar la cima del nevado, para luego bajar hasta el nuevo poblado de La Poma, reconstruído a 300 m de donde se levantaba el antiguo pueblo que fue destruido por un terremoto en 1930. Los más importantes testimonios arqueológicos del lugar son los "Graneros de La Poma", que datan de una época preincaica. Se trata de unos cilindros hechos con panes de barro y piedras, guarecidos bajo los aleros de las cuevas de las sierras de Salta, donde los primitivos guardaban maíz y porotos. En El Cajón, a doce kilómetros al sur de La Poma, se encontraron veinticuatro depósitos, a los que se les calculó una antigüedad de novecientos años. Contenían, aún, algunos restos de mazorca.
Más cerca de la ciudad de Salta, sobre las serranías ubicadas al oriente de la Quebrada del Toro, en el Departamento de Rosario de Lerma, se encuentra un importante tramo de camino incaico que fue dado a conocer a principios del siglo XX. A lo largo de 70 Km se ha descubierto la existencia de numerosos puestos de observación y control distribuidos en torno al camino de manera equidistante y conectados visualmente entre sí, lo que implica que hubo un riguroso control territorial. Los caminos estaban jalonados por tambos que eran los alojamientos para el Inca o los viajeros en misión oficial, y funcionaban también como depósitos de comida, leña, ropa, forraje, armas y otros tantos productos necesarios para el sistema de control estatal.
En dirección hacia el sur, el camino a Cafayate por la Quebrada de Las Conchas (foto) es uno de los atractivos turísticos más importantes de Salta. La majestuosidad de su paisaje, la interesante historia geológica y cultural, hacen de este recorrido un clásico para los viajeros. Recientes investigaciones arqueológicas llevadas a cabo por investigadores de la Universidad de Salta, confirmaron la existencia de un hermoso tramo de camino incaico ubicado a escasos metros de la ruta nacional 68, en el paraje conocido como "Las Ventanas". Se trata de una rampa de 50 metros de longitud sobre una pendiente lateral que salva un desnivel de 60 metros de altitud. Posee taludes o muros de refuerzo superiores a un metro y está construido con rocas graníticas seleccionadas, que le otorgan solidez y belleza estética. Pese a los siglos transcurridos y los fuertes procesos erosivos de la comarca, los muros que sostienen el camino se mantuvieron erguidos. Este hermoso tramo constituye un atractivo más para los turistas y visitantes que deseen experimentar de cerca la materialidad de estos caminos que tanto maravillaron a los españoles de la conquista, como a investigadores y viajeros de todos los tiempos. Los caminos fueron construidos con una finalidad práctica en función del tránsito de hombres y llamas, que fueron utilizadas para el traslado de minerales y productos de toda índole entre diferentes regiones del imperio. Sin embargo, esta ruta también representaba la presencia simbólica del poder y autoridad del Estado Inca.
En el departamento catamarqueño de Belén se puede visitar Londres, el primer pueblo fundado en el territorio de Catamarca, el 24 de junio de 1558, y el segundo en el país luego de Santiago del Estero. A ocho kilómetros de Londres un cartel anuncia: "Por milenarios y sabios los pueblos indígenas tienen mucho para comunicar al mundo". Se trata de la Reserva Arqueológica El Shincal, un centro administrativo y de redistribución de riquezas, construido entre 1471 y 1536 por el imperio inca. Su nombre proviene de una espesa vegetación con espinas, un arbusto llamado shinqui. Hoy se ve claramente una ciudad inca, con dos plataformas de ceremonias de 25 metros de altura a las que se puede llegar subiendo unos cuarenta escalones, dos salones que se utilizaron para trabajos de alfarería y textil, la plaza principal y doce habitaciones originales de piedra sobre piedra. Los incas unían piedra con piedra, pero a partir de la convivencia con los aborígenes diaguitas de la zona empezaron a utilizar el barro como elemento de unión. En el predio, de veintitrés hectáreas, se puede visitar también el Museo de El Shincal. Desde Catamarca, y siguiendo viaje por la 40, el primer departamento riojano que se atraviesa es San Blas de los Sauces, que conserva riquezas arqueológicas como el Pucará de Hualco, lugar en el que se descubrió un importante asentamiento aborigen. Un espectacular marco montañoso es el perfecto escenario de estas ruinas que, en proceso de restauración, se van sumando a todo el caudal turístico e histórico de la provincia. El Municipio contrató importantes investigadores para llevar adelante el proyecto de reconstruir toda la ciudad indígena, ya que las piedras fueron removidas de su lugar original.
Cerca de la ciudad de Chilecito hay que visitar La Tambería del Inca. Se trata de un amplio recinto de forma ovalada, que cubre unas dieciséis hectáreas, dentro de la que quedan restos de 35 conjuntos de construcciones. Se destaca un conjunto arquitectónico de excelencia, denominado "El Palacio". La calidad y número de investigadores que se interesaron por esta construcción indígena hablan de su importancia. Durante las excavaciones realizadas no se encontró el menor vestigio de intervenciones europeas, lo que permite afirmar que la Tambería fue una pequeña ciudad indígena construida con anterioridad a la llegada de los españoles, los que tampoco la ocuparon después. Se supone que un cambio del cauce de las aguas habría determinado el abandono de la fortificación y una peste, una guerra o simplemente un acto ritual habría impulsado a los nativos a incendiar la ciudad antes de abandonarla. Llegando a los límites del antiguo Imperio, en San Juan nos encontramos con la "Ciudad Perdida", descubierta por científicos españoles a través de técnicas satelitales. Es una ciudad enterrada de gran extensión. El lugar donde se encuentran los restos es el Paso de Lámar, en el norte del departamento de Jáchal y al costado del río Bermejo, y no es fácil acceder a la zona sin la guía de baqueanos porque está rodeada de arenas movedizas. Se trata de un sitio arqueológico muy valioso porque escondidas en la "Ciudad Perdida" se podrían encontrar respuestas a muchos interrogantes sobre estos indígenas que llegaron a mediados del milenio pasado. Abarca una zona de 230 hectáreas y podría haber tenido una población estable de casi mil personas y hasta 5 mil en tránsito, lo que manifiesta la importancia estratégica del lugar en el proyecto incaico de conquistar la región.
La ruta incaica es de gran importancia para las comunidades de varios departamentos sanjuaninos, como Iglesia, Jáchal y Ullúm. En esta zona vivía un pueblo de la denominada "Cultura Calingasta", de ahí el nombre de uno de los distritos más grandes de la provincia. Este pueblo dejó rastros con algunas de sus momias, ya que sus muertos eran envueltos en ponchos y mantas, colocados sobre angarillas de troncos y juncos para ser luego enterrados en tumbas colectivas ubicadas en grutas. Hacia principios del segundo milenio de nuestra era, aparece una cultura distinta de la Calingasta, llamada "Angualasto". No se sabe exactamente cuándo se produjo el cambio entre una y otra cultura, ni tampoco si hubo entre ambas alguna otra distinta. Estos pueblos ocupaban casi la totalidad del territorio sanjuanino. En el Valle de Iglesia se han encontrado sistemas de riego que se atribuyen a grupos de estas culturas preincaicas. Los estudios recientes detectaron la existencia de estos sistemas de riego que demostraron que el manejo del agua y forma de cultivo en el pasado tuvo características extraordinarias que superan, incluso, a sistemas modernos existentes en las zonas áridas del noroeste argentino.
El Cerro Mercedario (foto), el más alto de San Juan, con 6.770 m, fue ascendido hace 500 años por los Incas, quienes con el fin de ofrendar al Dios Sol (Inti) ritos y sacrificios, utilizaron la misma ruta por la que actualmente se accede a la cima. Es un desafío complejo para los andinistas, pero también pueden hacerse excursiones a caballo, bajo la atenta mirada de guanacos, pumas, zorros y cóndores. Al finalizar el siglo XV, los incas se establecieron en el área en la que hoy se encuentra el Parque Nacional San Guillermo, en torno de los principales hábitats de vicuñas. Protegieron a estos animales cuya lana, muy apreciada, estaba reservada a la confección de la vestimenta de las clases sociales más altas del Imperio. La reserva se encuentra ubicada en el Departamento de Iglesia, a 450 km. de la Capital provincial. Muy cerca de ahí, se levanta el Cerro Toro, de 6100 metros de altura. En 1963 fue encontrada en su cima una momia inca, posiblemente relacionada con la práctica religiosa de sacrificios humanos, con los cuales eran homenajeadas las cumbres sin nieve.
Numerosas instituciones nacionales e internacionales realizan tareas de recuperación y protección con el objetivo de que el Qhapaq Ñan o "Gran Camino" de los incas sea nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Un argumento central es pensar en que los corredores o itinerarios culturales son superadores de los límites políticos trazados como fronteras, aplicando el concepto de paisaje cultural. Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina tienen en común mucho más que una red vial gigante. La historia de los pueblos aborígenes de estas siete provincias argentinas las unifican más allá de cualquier límite político. En tiempos de globalizaciones de todo tipo, la ruta incaica podría convertirse en el territorio transnacional más grande del mundo.
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