Puan, sierras y una laguna en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Ecoturismo, pesca de pejerrey y un circuito religioso, en un recorrido por este acogedor pueblo del sudoeste bonaerense.
A través de la zigzagueante traza del Camino Pichihuinca asoma el Circuito Religioso de Puan, en medio de una seductora postal de parcelas simétricas de los campos sembrados, una laguna renombrada por sus pejerreyes y la serranía.
De a poco, en las afueras de esta localidad del sudoeste bonaerense empiezan a aparecer en escena los principales eslabones del recorrido por los cerros Grande y Chico: el templo Millennium -una moderna iglesia construida en 2000 a 305 metros sobre el nivel del mar-, el monasterio Santa Clara de Asís, el Santo Sepulcro, el Cristo Redentor y la Gruta de Lourdes.
La laguna de Puan y su isla, un antiguo afloramiento rocoso que guarda sitios arqueológicos, se extienden a apenas a ocho cuadras del centro del pueblo. Sobre la orilla, los amantes de la pesca y los picnic en contacto con la naturaleza disponen de un camping, sanitarios con duchas de agua caliente y una playa abrigada por una arboleda.
En cambio, aquellos que prefieren indagar acerca de los orígenes de los pueblos y sus primeros habitantes pueden recabar amplia información sobre los pobladores pampas, el establecimiento a sangre y fuego de la División de la Frontera Costa Sur, uno de los puestos de avanzada de la Conquista del Desierto, creado en 1875, y la llegada de colonos europeos a partir d ela década del 80 del siglo XIX, en las salas del Museo Municipal Ignacio Balvidares. La epopeya de los pioneros es reflejada en la obra “Inmigración”, creada por la artista local Mónica Gottfried en el Paseo d delos Murales de Puan.
La impronta multiétnica que caracteriza a la sociedad de Puan se exhibe en su máxima expresión en enero, a lo largo de cada edición de la Fiesta de la Cebada Cervecera, y se replica en julio, cuando se celebra aquí la Fiesta de las Colectividades.
